a veces pienso que no se que hago y para donde voy y prefiero no pensar más y dejarme llevar por la infranqueable marea de los ciclos, otoño, invierno, primavera, verano, y mi botecito choca y cambia de dirección fácilmente con las olas esperando entrar por la desembocadura de un río, encontrar su cauce aunque tenga que remar contracorriente, hasta poder enfocar ese sol que se esconde en el horizonte bajo el puente que une tu boca con la mía...
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